Querido hijo:
Hoy cumples 13 años, y solamente
puedo darte 13 millones de gracias por haber llegado a nuestras vidas. Si aquel
11 de septiembre no hubieras llegado como un tsunami, arrasándolo todo y dando
la vuelta por completo a nuestra existencia, hoy no seríamos las personas que
somos. Nos enseñaste, y nos enseñas cada día, que la vida no es fácil, pero que
merece la pena vivirla. Si tú no hubieras llegado nos habríamos perdido tantas
cosas…
Nos enseñaste y nos enseñas a luchar por lo
justo, a esforzarse sin descanso por llegar a la meta, a no decaer y a dar a
las cosas la importancia que tienen.
El camino ha sido y seguirá siendo pedregoso, pero ahí seguiremos
caminando juntos, hombro con hombro y mano a mano, saltando los obstáculos,
cayendo y levantándonos…porque así es como nos enseñaste a ser: fuertes,
luchadores y persistentes.
Parece
mentira que aquel ser indefenso en su cunita de cristal, se haya convertido en
el adolescente malhumorado y protestón que eres ahora. Contra todo pronóstico
de los gurús que se acercaron a nosotros los primeros meses de tu vida, no te
has quedado en una edad infantil; te interesan las mismas cosas que a otros
adolescentes, tienes claro lo que quieres vestir y lo que no (nuestras buenas
peleas tenemos) y ahí llevas desde hace meses con tu coleta, porque así lo
quisiste…porque tienes personalidad y sabes perfectamente lo que quieres,
aunque a veces no sepas explicarlo bien.
Te has "enamorado" ya varias veces...cada cierto tiempo haces el recuento de tus "amores frustrados", porque seamos sinceros, al menos para mí, eres el niño más guapo del mundo, pero no estás teniendo mucha suerte en el amor; bien es verdad que tu actual amor vive en Corea y ni siquiera sabe que existes, pero tú nunca pierdes la esperanza y eso dice mucho de ti.
Empiezas una nueva etapa, ya eres un niño “del piso de arriba” y has
prometido trabajar mucho y portarte muy “requetebién”…siendo sincera, tengo
pocas esperanzas de que lo cumplas, porque como tú dices eres un “holgazán” y
un “poco vaguete”.
Naciste con síndrome de down y solo veíamos tu cromosoma de más; hoy, trece años después, si la sociedad no nos lo recordara tan a menudo, solo te veríamos a ti.
¡Feliz cumpleaños, hijo mío! Te
quise, te quiero y te querré.
No hay comentarios:
Publicar un comentario