lunes, 26 de junio de 2017

LUCHAR Y NO DECAER


 Una vez acabado este infernal curso, toca hacer balance de todo lo aprendido en este año que debería ser para olvidar, pero que por desgracia recordaremos mucho tiempo.
 Soy una persona positiva por naturaleza, por eso me quedaré con lo poco bueno que ha tenido esta horrorosa experiencia; quiero quedarme con profesionales que a pesar de los escollos del camino, siguieron luchando por Manuel hasta el último día; con compañeros, que alentados  por sus padres hicieron oídos sordos a la llamada de otros a discriminar a Manuel; con niños ya mayores, que en ocasiones sacrificaban su propio recreo para que mi hijo tuviera la oportunidad de jugar en el patio; me quedo con toda la gente que nos ha entendido y apoyado... porque sin todo lo positivo nunca habríamos conseguido sacar la cabeza del agujero.
 Lo que quiero  borrar de mi cabeza, son las lágrimas de pena en ocasiones, y de rabia en otras muchas, al ver como a mi hijo se le trataba como una cosa, y no como una persona con derecho a una educación digna, adaptada a sus aptitudes y necesidades; olvidar que casi todos los días me iba llorando del colegio porque tenía que dejarlo allí, y casi nunca quería ir... y morirme de pena porque sabía que lo estaba pasando mal, porque había dejado de sentirse uno más, porque así se lo habían hecho ver...Borrar, borrar y borrar esa sensación de que no vas a poder luchar más y que las fuerzas te fallan, pero pensar que si no luchas por tu hijo nadie más lo va a hacer... y levantarte cada día pensando "¿hoy qué?"....
 Borraré todo lo negativo de mi mente, pero nunca jamás dejaré que pisen a mi hijo, que por desgracia tiene que demostrar todos los días que tiene derecho a la educaciòn y a llevar una vida digna como cualquier otra persona; y que para poder cambiar de colegio,  necesitó un informe, y otras personas aprueban un examen y están comiendo la torta boba toda su vida, pero él es continuamente examinado...
 Mi hijo es una PERSONA (así con mayúsculas) y no una discapacidad; es un niño de 8 años que no merece haber sufrido ni la mitad de lo que lo ha hecho este año.
 Sé positivamente que vendrán tiempos mejores porque ya hemos puesto los medios para que así sea, y desde aquí digo que quizás hemos perdido una batalla, pero la guerra continua porque nunca jamás vamos a bajar  la guardia y nunca jamás toleraremos que vuelvan a pisar los derechos de nuestros hijos. Como dice, Alejandro, compañero de trincheras SEGUIMOS.


3 comentarios:

  1. fuerza! ese maravilloso niño luchador merece tales padres leones! un abrazo en la distancia..

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  2. Leo empieza primaria. La etapa de infantil fue uno más, completamente integrado, pero reconozco que ahora tengo miedo...estaré a la espera de lo que me digan en la primera reunión.

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